
Nuestro
cuerpo siempre muestra una reacción cuando pensamos, sentimos, y cuando
actuamos también. Esto lo hace una conexión mente/cuerpo. Cuando estás
molesto, estresado o ansioso, tu cuerpo siempre inmediatamente te da los
signos de que algo no anda bien. Por ejemplo, irritación en el estómago
o tener la presión alta, pueden ser a causa de haber vivido una
situación particularmente estresante.
Algunas
maneras en que puede afectarte el estrés, aunque sea mínimo es debido a
situaciones cotidianas que algunas veces son tan cotidianas que
pensamos que no son un problema que pueda causarnos estrés. Así es que
presta atención y pon de tu parte para que no te afecten tanto en la
medida que puedas hacerlo. Recuerda que los buenos cambios pueden ser
tan estresantes como los malos cambios.
Sí, sabemos que a veces es
imposible mantener los ánimos equilibrados, pero desafortunadamente,
eso puede liderar, a veces, hacia un sistema inmunológico debilitado
haciéndonos más vulnerables y propensos a adquirir “bajones de salud” y darnos dolores en el cuerpo,
pero teniendo ya el conocimiento de que nuestras emociones pueden ser
el catalizador a las enfermedades y dolores crónicos, se avanza un buen
camino hacia recuperarnos.
Desde el blog La Vida Lúcida