Como recuerdo de este 8 de marzo, estos poemas que compartí con vosotras. En los talleres de la mañana no compartí el primero de ellos, sólo lo hice en el círculo del martes 8.
Para quienes no pudisteis asistir el martes 8 deciros que invité a unirse a los dos grupos de la tarde entre las 18:20 y las 18:40 h en un círculo de sororidad. A esa hora múltiples círculos eran convocados y celebrados en todo el mundo por Unify, UNIDAS. El movimiento se llama Global Sisterhood Circle. (Vídeo)
La idea es unir la intención y la fuerza del corazón en una misma energía de sororidad, justicia, celebración, igualdad, reivindicación, etc. en esta fecha señalada, también a través del círculo y la meditación.
Creamos un enorme círculo, enorme de fuerza y hermandad, con profundo sentimiento y SORORIDAD;
Uniendo nuestras intenciones, sintonizando nuestros corazones,
esparciendo semillas de justicia, derechos, buentrato, igualdad...
Gracias! bellísimas mujeres que os sumáis a mis invitaciones con confianza y mucho respeto, tanto a las que compartimos el círculo como a vosotras, con quienes compartí los poemas el miércoles en la mañana.
GRACIAS INMENSAS
Inés
Inés
OCHO DE MARZO
Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres,
¡Qué poco es un solo día, hermanas,
qué poco, para que el mundo acumule flores frente a nuestras casas!
Desde la cuna donde nacimos hasta la tumba donde dormiremos
-toda la atropellada ruta de nuestras vidas-
deberían pavimentar de flores para celebrarnos
(que no nos hagan como a la Princesa Diana que no vio, ni oyó
las floridas avenidas postradas de pena de Londres)
Nosotras queremos ver y oler las flores.
Queremos flores de los que no se alegraron cuando nacimos hembras
en vez de machos,
Queremos flores de los que nos cortaron el clítoris
Y de los que nos vendaron los pies
Queremos flores de quienes no nos mandaron al colegio para que cuidáramos a los hermanos y ayudáramos en la cocina
Flores del que se metió en la cama de noche y nos tapó la boca para violarnos mientras nuestra madre dormía
Queremos flores del que nos pagó menos por el trabajo más pesado
Y del que nos despidió cuando se dio cuenta que estábamos embarazadas
Queremos flores del que nos condenó a muerte forzándonos a parir
a riesgo de nuestras vidas
Queremos flores del que se protege del mal pensamiento
obligándonos al velo y a cubrirnos el cuerpo
Del que nos prohíbe salir a la calle sin un hombre que nos escolte
Queremos flores de los que nos quemaron por brujas
Y nos encerraron por locas
Flores del que nos pega, del que se emborracha
Del que se bebe irredento el pago de la comida del mes
Queremos flores de las que intrigan y levantan falsos
Flores de las que se ensañan contra sus hijas, sus madres y sus nueras
Y albergan ponzoña en su corazón para las de su mismo género
Tantas flores serían necesarias para secar los húmedos pantanos
donde el agua de nuestros ojos se hizo lodo
arenas movedizas tragándonos y escupiéndonos,
de las que tenaces, una a una, surgiremos.
Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres.
Queremos flores hoy.
Cuánto nos corresponde.
El jardín del que nos expulsaron.
Gioconda Belli
Yo aquí si me dan a elegir... prefiero DERECHOS a FLORES.
Las cinco libertades
La libertad de ver y escuchar lo que está aquí, en lugar de lo que debería estar, estuvo o estará.
La libertad de decir lo que se siente y se piensa, en lugar de lo que se debería sentir y pensar.
La libertad de sentir lo que se siente, en lugar de lo que debería sentirse.
La libertad de pedir lo que se quiere, en lugar de tener siempre que pedir permiso.
La libertad de arriesgarse por su propia cuenta, en lugar de optar únicamente por estar “seguro” y no perturbar la tranquilidad.
Virginia Satir
Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.
Gioconda Belli