Namasté queridas...
Muchas veces me preguntáis por el significado de esta palabra con la que saludo el final de los talleres de empoderamiento y autocuidado y desarrollo personal... suelo deciros que significa algo así como: "yo soy tú, y el bien que deseo para mi así lo deseo para ti". Aquí traigo un artículo de "La mente es maravillosa" sobre esta significativa y poderosa palabra.
Espero que os guste y aclare bien vuestro interés sobre ella.
El yoga
goza de una tremenda popularidad hoy en día, gracias a los probados
beneficios físicos y mentales que produce esta antigua práctica. Quienes
lo practicamos, escuchamos con mucha frecuencia la palabra namasté, generalmente como una despedida, al final de la clase.
Pero también, namasté podemos escucharla en contextos relacionados con la relajación y la meditación, así
como en personas o actividades que estén relacionadas con el ámbito
espiritual. Esta palabra es utilizada en múltiples contextos y por
personas de diferentes países, aunque tradicionalmente proceda de la
cultura hindú.
Namasté es una palabra en idioma sánscrito, por ello pocas personas conocen su bello significado, el cual guarda un profundo mensaje que descubriremos en este artículo…
Su arcaico origen
Los orígenes de la palabra namasté son muy remotos, ya que proviene de la ancestral cultura hindú, caracterizada por la presencia de diversos idiomas. Uno
de los tantos idiomas que se hablan en la India es el sánscrito, el
cual es considerado como una lengua sagrada dentro de dicha cultura.
El sánscrito es además un idioma perfecto y completo desde el punto
de vista gramatical, de acuerdo con los lingüistas. Además, literalmente
significa algo así como “perfectamente hecho”. Incluso, en algunas
partes del sur de Asia, se utiliza namaskar como sinónimo, sobre todo en
Nepal para dirigirse a los mayores.
Los hindúes utilizan la palabra namasté como forma de saludo y despedida, así como para dar gracias,
para pedir como muestra de respeto y generalmente acompañándola con el
gesto (o”mudra”) de juntar las palmas de las manos en forma de rezo,
colocándolas en el centro del pecho.
¿Cuál es su significado?
Pasemos ahora a adentrarnos en la etimología de esta antigua palabra. Para empezar, hay que decir que en realidad, namasté es una palabra compuesta. El término “namas” significa “saludo” o “reverencia”, y proviene etimológicamente de nam, que quiere decir “postrarse” o “inclinarse”. Por su parte, el sufijo “te” es un pronombre personal, bastante parecido al equivalente en español, por cierto, que significa “a ti”.Entonces, si juntamos ambos significados, descubrimos que namasté significaría algo así como “Te saludo” o “Te reverencio”. Sin embargo, aquí no se agota el significado de esta palabra…
Namasté y espíritu
Más allá del aspecto estrictamente semántico de la palabra namasté, el aspecto filosófico-espiritual que posee el sánscrito, le otorga significados más profundos a esta palabra.Así, por ejemplo, el término “namas” también puede ser interpretado como “nada mío”, significando que mi ego se reduce a la nada, connotando una actitud de humildad frente al otro. Si este saludo se realiza desde el corazón, se establece una conexión genuina entre las personas, por encima de las expectativas y máscaras sociales.
Otro matiz del significado espiritual de esta multifacética palabra está en la creencia de que existe una chispa divina en cada persona. Entonces, cuando la palabra namasté está acompañada del gesto, o mudra, de las manos en forma de rezo y la inclinación de la cabeza, estamos tácitamente reconociendo esta presencia divina en uno mismo y en el otro. Si lo expresáramos con palabras, sería algo así como: “La chispa divina que hay en mí reconoce la chispa divina que hay en ti”.
Otros de los significados atribuidos a la palabra namasté son por ejemplo, “Su espíritu y mi espíritu son uno” atribuido a los aprendizajes y enseñanzas de Lilias Folan o “Lo que es divino en mí, saluda a lo divino en ti”.
En todos los casos, lo que se trata de transmitir es un saludo o despedida a la otra persona, desde la parte más profunda y espiritual de nuestro ser. Un gesto auténtico y sincero, liberado de todo prejuicio y que surge desde la parte más bondadosa de nosotros hacia las personas con las que nos encontramos.
Namasté y yoga
Aunque en las clases de yoga se utiliza namasté al final como una despedida, en realidad, como vimos al principio, es tanto una despedida como un saludo. Por tanto, lo ideal sería que la práctica se iniciara diciendo namasté también como introducción y preparación.Sin embargo, debido a que al final de la clase la mente y el ambiente están más serenos, por lo general, los instructores de yoga prefieren decir este mantra cuando la energía es más propicia. Es decir, cuando estamos más relajados y hemos practicado para calmar nuestro espíritu.
Namasté es
una forma de honrar a la otra persona, un modo de mostrar respeto y
agradecimiento desde la parte más profunda de nuestro ser.
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